Tras demasiados años financiando con prestamos hipotecarios la fiesta anual de Mardi Gras de Homero, la tasa variable hipotecaria de Homero y Marge se pone por las nubes, lo que les fuerza a poner la casa en venta. Flanders hace una buena acción sobrepujando al Sr. Burns y comprando la propiedad, convirtiéndose así en el nuevo casero de Homero y Marge. Pero cuando Homero acusa públicamente a Flanders de desatender las condiciones poco seguras en las que viven los Simpson, Flanders amenaza con dejar a la familia en la calle.